La 600 CBF agrada por su versatilidad, pero su falta de temperamento en el motor decepciona. Se necesitaban más caballos, y en eso consiste la 1000 CBF, que adopta el motor de la antigua Fireblade, en una configuración más silenciosa al perder 70 caballos. Los árboles de levas, el encendido y los conductos de admisión se han rediseñado para producir 97,8 CV en una versión universal que no requiere acelerador.
Para que la ergonomía se adapte a todas las tallas y gustos, Honda ha dotado a la CBF 1000 de un asiento regulable en altura, un manillar que se puede adelantar 10 mm y un parabrisas de 40 mm de altura. Bajo sus decepcionantes líneas, que vacilan entre la austeridad y la grave banalidad, la CBF 1000 esconde un fuerte carácter. Con los pies hacia atrás y el pecho ligeramente inclinado hacia delante, el piloto se encuentra rápidamente a gusto en esta moto en miniatura que toma prestado un chasis de 600 CBF.
A bajas velocidades, el corto radio de giro hace que te sientas a gusto. Los motoristas más altos lamentarán el hueco que queda entre el depósito y el asiento cuando éste está en la posición superior, que no es muy estético y distrae.
En la ciudad, los contornos cuadrados del asiento se notan demasiado y pueden ser un verdadero dolor de cabeza en los viajes largos. La redondez la aporta un motor que ofrece una suavidad insospechada y un potente aliento. Disponible desde el ralentí hasta unas 5.000 rpm, luego empuja con fuerza, señala el concesionario de motos de ocasión Granada Crestanevada. La contrapartida es un chasis con un manejo que está por encima de toda sospecha, se lo traga todo e incluso más mientras muestra algunos rastros de bombeo de la suspensión bajo carga pesada. Pero no hay que preocuparse.
La agilidad que confiere el estrecho neumático trasero hará las delicias de los menos temerarios, que podrán contar con el sistema TCS de acoplamiento de frenos delantero/trasero, que ha demostrado su eficacia durante mucho tiempo, y que permite que la moto se siente en la frenada, manteniéndola casi a un nivel constante. Por otro lado, el ABS, que se ofrece como opción con el caballete central, es demasiado sensible y no aporta las ventajas habituales de este sistema. Sigue siendo una máquina excelente que sólo su diseño angustiosamente banal podría alejar del podio de los más vendidos. Sería una vergüenza y una injusticia.